Gonzalo Sánchez: Artista experimental

Gonzalo Sánchez: Artista experimental

Mientras estudiaba derecho en la Universidad de Chile y luego en la Universidad de California, en Berkeley, el abogado Gonzalo Sánchez, desarrollaba paralelamente -y de forma muy personal en un taller en su casa- una veta artística.

Gonzalo Sánchez, socio de Silva & Cía., cuenta que esto fue así hasta que un galerista vio su trabajo y le ofreció una exposición individual. Desde ahí que se abrió un camino que se ha ido desarrollando fuerte y consistentemente.

Su familia es de muchos abogados, pero todos están muy vinculados con el arte contemporáneo. “Mi padre  se preocupó de transmitirnos ese interés de muchas formas, incluyendo la oportunidad de que conociéramos personalmente a Roberto Matta en París, a Guayasamín y otros, de manera que el interés por el tema estuvo desde chico”, comenta.

Cuenta, además, que tuvo profesores que marcaron su afición por el arte como, por ejemplo, Virginia Huneeus y Ernesto Banderas. Luego de eso, se ha acercado a artistas cuyo trabajo le interesa, como Eugenio Dittborn y Arturo Duclos.

“Mi especialidad como abogado es proteger legalmente la creatividad intelectual, por lo tanto me parece que hay una sintonía entre mi actividad legal y la que tengo como artista visual, cuyo eje es la creatividad”, explica. 

Describe su arte como experimental e innovador, ya que en sus instalaciones usa materiales nuevos, tecnologías led, gráfica digital, pero sin descuidar el diálogo con el trabajo sobre objetos reciclados. Asegura que es difícil saber cómo lo están evaluando y que no es un tema importante para él, pero a pesar de ello, ha recibido señales objetivas de que su trabajo reviste cierto interés: “Me han invitado a exponer en galerías nacionales e internacionales”, cuenta.

Actualmente, está abocado a una exposición en México, donde cinco artistas chilenos representarán a Chile mediante un trabajo colectivo cuyo curador será Arturo Duclos. También, está trabajando en un proyecto con Carlos Montes de Oca en una línea muy conceptual.

El modelo de trabajo que tiene, le permite complementar bien el derecho y el arte. “Soy de producción muy rápida. Como abogado no podría permitirme el dedicarme 6 meses a una escultura o a pintar óleos de gran formato. En ese sentido yo y las nuevas tecnologías nos llevamos muy bien”, cuenta.

Piensa que su veta artística, le ha permitido generar un vínculo especial con los demás abogados y, especialmente, con los clientes. No obstante, cree que a la gente le cuesta concebir que sea abogado y artista visual. “Para mí es un complemento perfecto de tal manera que siento que soy mejor abogado porque soy artista y soy mejor artista porque soy abogado”, comenta.