Cristián Arias: Entre vinilos y tocadiscos
Cristián Arias, abogado del estudio Grasty Quintana Majlis & Cía. es un dedicado coleccionador de vinilos, aunque la palabra colección, no es la que más lo identifica.
“A pesar de que tengo centenares de discos no diría que tengo una colección. Esa palabra me hace referencia más a un acopio estático de objetos, en lo posible sin usarlos y con los sellos originales intactos. Mi ‘colección’ no es intocable, al contrario, la idea es que quien llegue a mi casa pueda aprender a hacer funcionar la tornamesa y saber cómo se trata y se hace tocar un disco. Para que lo escuche y no con la advertencia ‘se mira pero no se toca’”, explica.
Se considera aficionado a la música popular en general, pero con predilecciones por el rock en todas sus variantes y en especial el rock clásico de la década de ’60 y ’70. Sin embargo, disfruta también de otros géneros como Bossa Nova y el jazz al estilo Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan, o el Rat Pack.
El gusto por la música proviene desde su niñez, con los discos de vinilo que tenían sus papás. “Los escuchábamos en esos típicos equipos integrados que, además, eran muebles espectaculares. Aún conservo muchos de esos discos. Por eso he mantenido siempre en mi casa un tocadiscos y una colección de vinilos que aún compro en tiendas o busco en disquerías de viejo, especialmente rarezas”, comenta.
Para Cristián Arias, la escucha de vinilo es una ceremonia que poco tiene que ver con llevar música en un dispositivo de memoria. “Implica seleccionar un disco, examinar su carátula y la información que trae o ciertos diseños que sólo vienen en ediciones originales, luego limpiarlo, ponerlo en la tornamesa, etc. Por ello, escuchar los discos, requiere de una relación espacio-temporal en que el oyente esté vinculado a la sala donde se escucha”, dice.